Crítica / Comentario de Masters del Universo Revolution

Bueno, recientemente llegaba a Netflix la nueva entrega de las nuevas aventuras de He Man, bajo el título de Masters del Universo Revolution, la propuesta nos continua la historia que arrancó con las dos partes anteriores que se llamaron Revelations y que pretendían relanzar el universo del icónico personaje y su extenso mundo de juguetes trayéndolo a un contexto más actual, más cercano a los “jóvenes de hoy” y abrazando la ideología woke a niveles vomitivos. Aquella primera serie, que contó con dos partes divididas en 5 capítulos cada uno, se recreaba especialmente en el asunto del feminismo dándole todo el peso narrativo a las féminas, la heroína y la villana, todo pivotaba alrededor de estas y en genera todas ls subtramas tenían claramente como misión empoderar y visibilidad la superioridad de la mujer en muchos temas, al menos esa es la sensación que me transmitió y, a tenor de las críticas, también a la mayoría de espectadores que la vimos.

Por entonces recuerdo, porque hace ya más de un año de aquello, solo estaba disponible la primera parte de aquella serie, que eran 5 capítulos, y sorpresivamente no había visto los 5 siguientes, cosa que sí hice previamente a ver esta nueva entrega de “Revolution”, y el poder hacerlo con tanta cercanía me permite reafirmarme en esta opinión porque esa segunda parte es aun mas woke que la anterior pero, aun con todo, reconozco que la potencia nostálgica de la marca y los estrambóticos y peculiares personajes de He Man eran lo suficientemente potentes y conservaron una cierta épica que hicieron que, pese a todo, la serie se pudiera digerir con un buen antiácido.

Una vez refrescada la memoria con aquello, ya me metí en faena para ver esta nueva serie, Revolution, que me imagino que también tendrá una segunda parte porque son pocos episodios la verdad, y en este caso sí reconozco que existe una corrección en el rumbo, hay una evidente menor carga woke y una menor obsesión para con el protagonismo femenino forzado, pero el tufo sigue siendo evidente y, no nos engañemos, salvo a los más frikis y fans de la franquicia que absorben como esponjas todas las referencias y guiños a los juguetes clásicos, películas, series y otros materiales antiguos, al resto nos pasará sin más, es una serie de una simpleza abrumadora que si pretende enganchar a los nuevos chavales, lo lleva crudo en mi opinión, que se conforme con recibir el aprobado de los fans veteranos.

Yendo al meollo del asunto, la trama no es compleja en absoluto, continúa desde la anterior serie y retorna a un mayor protagonismo de He Man y su eterno enfrentamiento con Skeletor, además profundiza algo más en la historia personal de ambos enemigos y no abandona del todo el asunto de las “chicas”, pero sí que las mantiene en un plano más secundario, cosa que se agradece. En general es mucho mejor esta serie que la de Revelations, pero aun con todas las correcciones ya han tenido que ir metiendo mierdas y pijadas relacionadas con las “formas de gobierno” y las tonterias varias que inundan sin control cualquier producción en cualquier ámbito siempre enfocadas a cumplir con los parámetros de la agenda 2030.

Bien a nivel de animación, bien a nivel de epicidad y acción pese a las barrabasadas argumentales, pero es que es He Man, no se puede esperar un libreto digno de Nolan, se trata de venta de juguetes y, en un segundo plano, homenajear a un clásico animado y a unos juguetes míticos que buscan tener su nueva oportunidad entre el nuevo público, pero insisto, soy muy insistente en esto, las marcas han de darse cuenta que estos productos NO han de buscar la captación de “nuevos” niños o fans, que no esperen que compren sus juguetes porque las historias que cuentan se adaptan más a “estos tiempos woke”; este tipo de series han de ser y han de venderse a los fans veteranos que son los que se van a gastar los dineros y quienes van a valorar de verdad las cosas.

Yo nunca fui de He Man, es cierto, tenía los juguetes y conocía la serie a nivel básico, nunca fui un fanático absoluto y quizá por eso la serie no me ha hecho especial tilín, desde luego la apruebo, pero para nada puedo compartir con algunos compis con quienes comenté un poco la serie, que la misma merezca mis mayores reconocimientos, cumple sin más y pasará con gran olvido, únicamente los fans más acérrimos la disfrutarán a los niveles que creo que intentaron plasmar los creadores.

Nota: 5 / 10



Crítica / Comentario de la serie El consultor

Hoy toca comentar la serie “El Consultor”, disponible en Amazon Prime Video. Le tenía ganas a esta serie porque lo que había sabido de ella era prometedor, y de hecho es de esas cosas que consiguen atraparte desde el primer momento, más gracias al talento interpretativo del principal personaje que por otros factores, que también suman, pero es que, si la serie va sobre un tipo tan peculiar, peculiar y más que peculiar debe ser la interpretación del actor que le encarna.

Nos encontramos ante una serie, basada parece ser una novela, que nos presenta a un excéntrico y perturbador “consultor” que se hace con el liderazgo de una empresa de desarrollo de videojuegos tras el suicidio del creador de la misma, imponiendo una serie de surrealistas normas y fórmulas de comportamiento que descolocan a los trabajadores. Métodos perturbadores, situaciones violentas, comportamientos extraños y todo un enorme halo de misterio son los ejes principales de una historia centrada en el personaje del consultor que interpreta brillantemente Christoph Waltz.

Digo brillantemente porque es el alma absoluta de la serie, haciendo honor al nombre de la misma, el actor hace suyo al personaje atrapándote al instante en el estrambótico hilo argumental que se va desarrollando, de una manera que sorprende, aunque no carente de cierta previsibilidad. Y es que Christoph Waltz es lo único realmente salvable de este producto si quieres tomarlo en serio.

Es un thriller, al menos creo que pretende serlo, aunque hay quien pueda verlo como una comedia negra, una comedia dramática o algún tipo de mezcolanza extraña de género y por tanto consigue su intención que es la de mantener al espectador expectante a ver que sucede en el siguiente episodio, lo que pasa es que aunque trate de sorprender y darle al personaje principal ese toque de no saber nunca que le pasa en esa cabeza y si sus intenciones son buenas o malas, o al menos rentables para la empresa, no consigue quitarle ese pequeño tufo a saber que va a pasar, es decir, hay un constante aroma a “ya se de que va esto” que aunque tratan de enmascararlo, enseguida empiezas a atar cabos… más o menos en torno al capítulo 5 creo.

Lo mejor que tiene la serie realmente es el ritmo, son episodios muy dinámicos, muy rápidos de ver, pasan muchas cosas y no tienes la sensación de que te están rellenando con mierda para alargar innecesariamente la duración como sucedía con aquellas cada vez más extintas series de veintitantos episodios por temporada. Aquí la acción avanza rápidamente y eso hace que se salve de caer en el tedio. No hace falta ser un experto en rodajes para darse cuenta que si combinas una buena actuación, con una historia peculiar, un personaje rocambolesco y un buen ritmo narrativo, casi todas las historias por absurdas que puedan parecer en su desenlace, pueden funcionar.

No pasará a la historia como la mejor serie del mundo, desde luego, pero es indudablemente entretenida, y aunque a la mitad de la tanda de episodios ya se empiezan a vislumbrar carencias argumentales, ese buen hacer de Christoph Waltz y el tono de comedia negra que baña cada línea de guion, especialmente en las frases del señor consultor, hacen que merezca la pena y a mí, en general, aunque el final me decepcionó un poquito y hay cosas que no se han desarrollado bien, especialmente en los últimos capítulos, porque no he acabado de entender, creo que es un producto que no defrauda en lo ofrece, cumple, y si además lo hace con la brillantez interpretativa de Christoph Waltz dando vida a este personaje, pues yo compro.

Nota: 7 / 10


Crítica / Comentario de la película “The Creator”

De nuevo el buen Jaime me recomendó algo para ver en Disney +, en esta ocasión una cinta de ciencia ficción de las que aparentemente me molan a mí, digo aparentemente porque hay veces que, aunque haya muchas cosas que te gusten en pantalla, no son suficientes como para que las que no te gusten no pesen más, y este es uno de esos casos… A ver, recuperamos un planteamiento argumental que se viene explorando desde que el existe el cine, las consecuencias de la evolución de la inteligencia artificial en paralelo con el ingenio humano. Sucede que a lo largo de todas las décadas desde aquellos ya lejanos años 30 del siglo pasado, se han ido produciendo títulos que imaginaban como sería el futuro de la humanidad en un plazo razonable de unos años como consecuencia del avance tecnológico; hemos visto cientos de películas sobre esto, adecuado evidentemente al imaginario tecnológico de cada época y no son pocos los grandes títulos que hoy son cintas de culto en el género, pero desde luego en ese listado, al menos para mí, no estará esta propuesta.

De arranque la historia engancha, plantea acertadamente el contexto de la trama y nos zambulle rápidamente en un guion futurista, utilizando el cada vez más habitual recurso de los “capítulos” para avanzar en el argumento, que promete muchas cosas molonas, va abriendo melones lentamente, demasiado lentamente para mí, y va desarrollando cada personaje, que tampoco son muchos, con una simpleza sorprendente y por mucho que el metraje se esfuerza en concatenar una y otra vez giros de guion para tratar de sorprender o pillar por sorpresa al espectador, en mi caso no lo ha conseguido, únicamente me ha allanado el camino para intuir y casi profetizar lo que iba a suceder, porque por mucho giro que metas y mucha cosa con la que trates de sorprender, si los recursos narrativos están más vistos que el tebeo y la trama va derivando cada vez más en la tragedia personal de un protagonista bastante insulso y con una clara tendencia argumental hacia la empatía para con los “robots”, el resultado final no puede ser bueno y, caramba, si de lo malo acabara bien, pero de nuevo recurrir al manido recurso del sacrificio tiene menos originalidad que una canción de reguetón.

Como habréis podido intuir he empezado por lo malo, o para ser justo, por lo que a mi menos me ha gustado, que en este caso es el avance y desarrollo de la historia y los personajes principales a los que llega un momento que no soy capaz a aguantar, la verdad. Pero ello no significa que la película no tenga cosas buenas y que, de algún modo, te mantenga delante de la pantalla para ver lo que sucede después y esto es difícil de conseguir, por tanto, no carente de mérito. ¿Qué es realmente lo que hace que te quedes a ver que pasa? Pues el planteamiento de la historia que envuelve a la trama central, nos ubica en el año 2065, el mundo ha cambiado y ahora hay dos grandes bloques de fuerzas; sí, no cambia mucho el formato habitual, una nueva EEUU o también conocido como occidente, contra una nueva Asía, el oriente. Y bueno, el hilo conductor esta vez es que unos son humanos y otros son…. Mitad y mitad vamos a decir para desvelar todo, porque conviven guay y todo eso, algo parecido a lo que sucede hoy en día en Japón y por ahí que hasta se casan con muñecas, pero planteado bajo el paraguas de una distopia y de dos grandes superpotencias en guerra. Sin deciros más os podéis imaginar.

Por eso funciona a nivel de enganche, uno quiere saber que sucede con el protagonista, pero sobre quiere entender que esta pasando, y consigue que prestes atención porque los planteamientos están trabajados a nivel artístico, a nivel técnico y a nivel de efectos especiales. Breves subtramas y líneas de guion van ampliando ese mundo creando expectativas de poder ver más y de avanzar en esa línea argumental, pero realmente es una entelequia, una trampa, un recurso para llevar todo el planteamiento narrativo hacia lo personal y acabar, de nuevo, poniendo al ser humano como ser inmisericorde y malvado que quiere exterminar a otra raza. 

En algún momento de la película llegue a pensar por un instante que al final los vencedores serían los “humanos”, digámoslo así, o más bien el bloque occidental, no escatiman esfuerzos en jugar con la psique del espectador sobre si los robots o seres con inteligencia artificial son buenos, son malos, o simplemente victimas de sus “creadores” y he aquí por lo que creo que la cinta lleva ese título, porque está muy marcado ese mensaje.

Poca guerra, poca batalla, poca chicha en general para lo que promete, aunque tiene buenos momentos de acción a lo largo de esas casi 2 horas y media de larguísimo metraje, no hacía falta tanta alforja para cargar en tan pequeño burro y desde luego darle un poco de ligereza para que vaya más rápido tampoco le vendría mal. De todas maneras, no quiero darle tampoco un suspenso, la dejaré en un aprobado por tener esa capacidad de engancharme y hacerme a ratos partícipe de una historia que pensaba iban a exprimir más, lamentablemente no fue así. Buenos efectos especiales como digo, tampoco tantos como para estar nominada a los Oscar en mi opinión, pero tampoco es que les tenga mucho respeto a estos galardones y en líneas generales producto fácilmente olvidable, para pasar el rato y tener otra peli más de esas que hacen a uno reflexionar ¿sobre qué? Lo dejo a cada cual, yo lo tengo claro, por muy humanos que parezcan y por mucho que se quiera vender la inteligencia artificial como algo que nunca haría daño al ser humano…. Yo no compro.

Ah, por ahí anda Ken Watanabe que siempre mola verle haciendo de lo que siempre hace, aunque con algún matiz, y me gustó bastante la idea y planteamiento del arma “principal” de los occidentales o villanos “La Nomad”, ahí si que creo que un sistema así no debe andar muy lejos y solventaría a las bravas, pero lo solventaría, muchas guerras. Siga intentándolo señor Gareth Edwards, se ve que le molan estas cosas así que no abandone la dirección de este tipo de filmes, pero intente arriesgar algo más y no se ancle en lo sencillo, Godzilla le funcionó por lo que le funcionó, Rogue One porque tiene el sello Star Wars y se lo han dao mascao, resucitar al señor Peter Cushing fue un gran movimiento pero insuficiente para mí y el resto de títulos que rubrica andan cerca de molar lo que merecen, siga tal vez consiga pronto su objetivo, desde luego con “The Creator” a mí por lo menos, no me ha convencido.

Nota: 5 / 10


Crítica / Comentario de BeeKeeper, el protector

Hay pocas sensaciones tan agradables como la de salir del cine satisfecho con lo que has visto en la gran pantalla. Cuando sucede esto es como si se abriesen las puertas del cielo, y no es tarea fácil, sobre todo en algunos géneros porque, al final, el cine tiene sus géneros: terror, romance, comedia, acción, ciencia ficción, drama, thriller… y luego es cuestión de la dirección y de la interpretación el saber combinarlos, o no, para ofrecer un producto que mole. Bueno, pues dentro del género de acción hay ciertos niveles, pero para simplificar señalaré dos, el conocido como “cine de acción rollo los 80/90” y “el resto de cine de acción”; bueno, pues en el caso de BeeKeeper, el protector se recupera a la perfección el primero y añade elementos del segundo para hacer un peliculón de esos que seguramente no destacarán entre los estrenos mas pomposos, pero sí lo hará en el campo del entretenimiento.

Es sencillamente una delicia para los que amamos el cine de acción, es volver a ese típico momento en que decías “voy a ver una chuachue”, “voy a ver una de Stallone”… pues ahora es “voy a ver una del Statham” y a gozar. La premisa de esta nueva cinta de acción es, a priori, un clásico del género y del actor, hostias por todos lados, secuencias de infarto, un humor acido y negro como solo el señor Statham sabe hacer y nada de agendas ni ñoñerías, aquí el alfa es el alfa y arrasa con lo que haga falta para proteger al inocente.

Sin duda de toda la filmografía de Jason Statham, esta es para mí sino la mejor, una de las mejoras cintas del actor, una película donde obviamente le vemos en todo su esplendor y en la dinámica habitual de tipo indestructible, pero consiguiendo darle un toque diferente, y esto es muy jodido de conseguir en argumentos tan manidos como el de las organizaciones secretas y demás. 

La película no tiene descanso, es una somanta de hostias continuas, formato Jonh Wick a full, entre secuencia y secuencia de acción se intercalan los personajes secundarios que tiran de la historia para darle sentido, de forma acertada además porque no sobran, y cuando crees haberte recuperado de la secuencia de acción anterior y estas metido en otra más brutal y de mayor potencia. Es delicioso este tipo de cine.

Habrá quien ponga encima de la mesa el argumentario de que estas películas palomiteras no son cine y que las interpretaciones son odiosas y que las tramas son simplonas… puede que haya quien opine así, pero su vida debe ser muy aburrida porque el séptimo arte es entretenimiento y este tipo de cintas, joder, se agradecen mucho entre tanta agenda 2030, tanto “woke”, tanto buenismo… Además, que cojones, que las interpretaciones están guais, de hecho los villanos cobardicas que salen por ahí y que se creen la hostia pero se cagan cuando se enfrentan a Statham mola, porque encima las coreografías son tan brutales que sientas el dolor de las hostias.

Y es que desde el primer minuto la cinta va a saco, te introduce dentro utilizando el recurso de la injusticia, clásicas cintas de los 80 donde el inocente sufre de forma cruel y el protector de turno se venga; en este caso la acción nos sitúa en la realidad tecnológica en que vivimos y nos toca el corazón ante un tema tan jodido como las estafas a la gente mayor. Claro, con esas mimbres y con Statham como justiciero castigador, buenos cestos se pueden hacer.

Película muy entretenida, con muchísima acción, con una historia sencilla que funciona perfectamente, con sus sacadas de polla brutales, momentos de epicidad de los que te hacen soltar una carcajada o saltar del asiento al ritmo de puñetazos y patadas. No tengo nada malo que decir de este filme. Podemos hablar claro de interpretaciones, de profundidad en el guion, de las fantasmadas, de lo que queráis, pero aquí todo está en equilibrio, todo está perfectamente engranado para que salgas de cine comuna sonrisa en la cara y con la esperanza de que existan tipos así en la realidad ante la cantidad de mierda que nos hacen pasar nuestros ilustres líderes mundiales.

Y antes de acabar, lo voy a decir, pese a lo que pueda provocar una afirmación así, pero ver darse de hostias un tío con una tía, en igualdad de verdad, eso solo ya merece la pena en el metraje. La secuencia en la gasolinera es indescriptible, pero bueno, como esa hay tantas secuencias que es difícil quedarse con alguna. Puro entretenimiento. Bravo David Ayer, bravo Jason Statham.

Nota: 9.5 / 10


Crítica / Comentario de "Echo" de Marvel. Gran sorpresa.

Hay que joderse: la que parecía una absurdez innecesaria, la serie que apuntaba a ser un truño, ha terminado siendo, con diferencia, de lo mejor que ha hecho Marvel Studios en bastante tiempo. No voy a ser hipócrita: pensaba que Echo iba a ser una basura infumable y que lo único que me interesaba era ver de nuevo a Kingpin en manos de Vincent D’Onofrio, para comprobar hasta dónde se habían cargado al personaje de Daredevil… y bueno, me ha tocado tragarme mis palabras con patatas, porque lo cierto es que esta nueva apuesta bajo el sello “Marvel Spotlight” ha comenzado con más que buen pie. Así que me la envaino, y lo digo claro: me ha sorprendido —para bien—.

Reconozco que en Hawkeye, Echo me pareció un tumor en la serie. Ya de por sí era una producción floja, pero su aparición me resultó lo más forzado del universo hasta ese momento (con permiso de la chica de What If...). Pero aquí hay varios aciertos que me han hecho cambiar de opinión, y por primera vez en mucho tiempo, en un producto del UCM, los fallos me parecen anecdóticos frente a lo que sí funciona.

Para empezar, se agradece que hayan estrenado los cinco episodios de golpe. Pensé que era una maniobra porque ni ellos mismos confiaban en el producto, pero ahora me parece todo un acierto. El primer episodio conecta directamente con el estilo narrativo que vimos en el Daredevil de Netflix (y en menor medida con otras como Jessica Jones), y lo hace con inteligencia, dedicando unos minutos para quienes no estén familiarizados con esas series, pero devolviendo a los que sí las recordamos a ese tono oscuro y callejero que tanto echábamos de menos.

Desde el primer momento, las secuencias de acción, el montaje y la ambientación recuerdan a aquel universo Netflix alejado del humor tontorrón que tanto ha lastrado otras producciones de Marvel en los últimos años. Y ver a cierto personaje regresar en los primeros 15 minutos, junto al mismísimo Diablo de la Cocina del Infierno, ya fue suficiente para engancharme de lleno.

Lo interesante es que esta vez sí han logrado que Maya López funcione como personaje. Le han dado un trasfondo coherente, un desarrollo razonable y una historia que encaja con su origen, sin necesidad de meter forzadamente discursos o panfletos. Sí, cumple con todos los ticks de inclusión de la agenda 2030 —mujer, nativa americana, sorda, con pierna ortopédica—, pero lo hace bien, con sentido, sin pretensiones y dejando espacio a que su historia crezca de forma natural. Muy lejos del desfile de personajes que nos han intentado colar a martillazos en otras producciones: la hija de Ant-Man, la aprendiz de Ojo de Halcón, la Black Panther II, Riri Williams… Aquí hay una construcción narrativa real.

La serie presenta dos tramas principales: por un lado, continúa lo que dejó Hawkeye, con el regreso de Kingpin a lo grande, dejando clara su influencia y poder en el mundo criminal; y por otro lado, nos presenta el viaje personal de Maya López, integrando ambas líneas con fluidez y buen ritmo. Además, los secundarios están bien utilizados, las interpretaciones cumplen —con mención especial a D’Onofrio, que brilla como siempre—, y el tono más adulto, con avisos de violencia explícita antes de cada episodio, aporta un nivel que muchos fans estábamos pidiendo a gritos.

Mención especial merecen ciertos recursos narrativos que me han encantado, como cuando nos hacen vivir situaciones desde el punto de vista de Maya, con silencio absoluto en plena acción. Es un detalle potente que te mete en su mundo. Y por fin cobra sentido el nombre de “Echo” (eco), no sé si tiene o no relación directa con los cómics, pero aquí está muy bien hilado.

También destaco la intro de la serie, sobria, elegante, con ese aire a las de Daredevil o Jessica Jones, incluso con cierto regusto a las secuencias de apertura de James Bond: siluetas, sombras, una melodía potente. Todo suma.

En definitiva, Echo me ha devuelto algo de fe en que Marvel puede hacer buenas historias sin tirar de toneladas de CGI. Un producto pequeño, pero bien armado, que me deja con ganas de más. Y sí, la escena postcréditos del último capítulo apunta a grandes cosas, con Kingpin tomando un nuevo rumbo dentro del UCM que promete calle, suciedad y, ojalá, villanos de esos de los que nos gustan: nada de alienígenas con piedras, sino mafiosos, matones y delincuencia pura. Estoy dentro.

No me flipo porque aún hay momentos valle, y aunque Maya me convence, no termino de empatizar del todo con ella. Pero oye, al que diga que este personaje no es representación, empoderamiento e inclusión bien hecha, le falta un hervor.

Nota: 7 / 10


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