El otro día me puse a ver en Amazon Prime video la secuela de la película el príncipe de Zamunda, una de esas comedias noventeras de Eddy Murphy que eran tan divertidas y en concreto, esa, una de mis favoritas por muchos puntazos que tenía. El caso es que, como sucede en el 90 por ciento de los casos, esta secuela me parece una burla, si bien tiene sus momentos, en general la cinta resulta insípida, aburrida, repetitiva y predecible.
Esa originalidad y brillantez de diálogos entre absurdos y locos que tenía el filme original, brilla por su ausencia en esta secuela donde solamente se pueden rescatar breves momentos que recuperan gags clásicos o aluden directamente al material original, todo lo demás es un dislate que trata de contentar en estos tiempos a un público diferente del de los noventa siendo más políticamente correctos, metiendo algún que otro mensajito de ese feminismo impostado y quitándole a personajes icónicos toda esa chispa y punto “gamberro” que tenían en la original.
En general no hay mucho más que añadir, presenta un argumento bastante simple y aunque Arsenio Hall y Eddy Murphy se lo curran, no pueden evitar ser absorbidos por una inexplicable pero pronunciada presencia de corrección acorde al humor que “debe” hacerse en estos tiempos de ofendiditos. Metemos a la gordita feminista soez y chabacana a dar caña a los personajes “estereotipados” que son la gracia de la película y metemos una trama de tradiciones políticas “machistas” para adornar el conjunto global de un guion que repite de nuevo los mismos patrones y esquemas que la original, pero sin ni siquiera la mitad de gracia de aquella.
Aprueba porque el talento de Murphy y Hall en alguna secuencia hizo que esbozará alguna sonrisa sincera más por recordar a que alude la secuencia en la cinta original que por el interés de la misma.
Nota: 5