Crítica de Ironman 3

Es curioso, llevo una temporada que todas las películas que he ido a ver al cine me han gustado y mucho, no me esperaba que precisamente con la cinta que he ido a ver en esta ocasión me sucedería lo que me ha pasado. Sorprendentemente, y contra todo pronóstico, la esperada Ironman 3 ha resultado ser una enorme decepción en muchos sentidos, aunque se trate de una película correcta e inevitablemente entretenida, podría afirmar que de todas las cintas realizadas por Marvel, esta sería de las peor paradas, a la par con Thor, aunque ésta en su día me gustó más. 
El problema principal de Ironman 3 radica principalmente en el planteamiento del villano, “El Mandarín”, que en mi opinión es una burla mala del personaje original. Sin motivo aparente, han convertido a uno de los grandes villanos de Marvel en un inepto, un mindundi que recurre a chistes de mal gusto para intentar hacer gracia, yo personalmente no me he reído en ningún momento y por supuesto me ha parecido completamente desafortunado plasmar a este personaje de una manera tan ridícula y pueril. 
La cinta en general yo la concibo como un intento de fusionar la estructura narrativa de la saga Batman de Nolan con la tónica habitual llevada por Marvel en las entregas anteriores del personaje, una fusión que como resultado ha dado un producto confuso y que cambia radicalmente el enfoque original del personaje en el cine. Sucede con esta película que el director y también guionista Shane Black ha cogido la novela gráfica de Warren Ellis y Adi Granov “Extremis” y la ha reescrito o re interpretado a su antojo para, yo creo, intentar sorprender al espectador a la par que recupera a un villano clásico y lo introduce en ese contexto. El problema viene cuando la sorpresa es para mal, y sí, debo reconocer la valentía del citado director al apostar por tan arriesgada maniobra, que no deja indiferente a nadie, pero que tiene la consecuencia de que al Marvelita puro y duro no le va a gustar nada; y posiblemente aquí, en este punto, convenga decir que este hecho hará que la película te encante o que la odies. 
Evidentemente la película cumple el reto de escapar a la enorme y alargada sobre de Los Vengadores, y por otro lado despertar el interés de los fans por el personaje. Como cinta de acción, no puedo decir que sea mala y es que evidentemente es muy atractiva, no solo en lo visual sino en el entretenimiento. La verdad es que el metraje pasa rápidamente, no se hace pesada y en ciertos momentos la disfrutas porque hay muchas secuencias muy buenas y los efectos especiales han mejorado en relación a las primeras entregas, son muy buenos y el resultado visual no decepciona. 
Es un caso muy curioso esta película porque empieza fenomenal, presenta la trama de forma correcta enlazando con brillantez con la primera entrega y ofreciendo guiños a sus predecesoras; todo parece presagiar que por delante tenemos un par de horas absolutamente bestiales de entretenimiento puro y duro. Lamentablemente, conforme pasan los minutos, nos vamos encontrando con que la película va en descenso, y sigue cayendo en picado hasta volver a alzar el vuelo y elevarse en la recta final para después volver a caerse con todo el equipo. Lo mejor de la cinta es cuando Tony Stark viste la armadura, es decir, las apariciones de Ironman son lo que salva la película porque como he comentado antes, todas ellas son impresionantes y muy conseguidas. 
No me ha gustado nada el verdadero némesis, si bien es verdad que lo del extremis está conseguido y me ha resultado atractivo, el contexto en el que se ubica y el desarrollo de la misma no me convence precisamente por las circunstancias comentadas anteriormente y es que ¿desde cuándo hace falta inventarse un villano en los super héroes? 
Por otra parte, la visión de Tony Stark en la película sí que me ha gustado, en esta ocasión, después de los acontecimientos de Los Vengadores, vemos a un Tony consumido por los miedos y la ansiedad, un Tony que busca desesperadamente proteger lo que más le importa y temeroso de un nuevo ataque a escala global. Esta desesperación le lleva a involucrarse más que nunca en su trabajo y construir armaduras como churros para poder estar preparado, aunque al final de la película toda esta parafernalia sea en balde. 
Por su parte el papel que desempeña “Máquina de guerra”, alias Iron Patriot, alias James Rhodes, es terriblemente decepcionando y hasta ridículo en ocasiones, mismamente la secuencia del acción, tiene lógica emplear a un sujeto que vuela y que está cargado con cientos de armas para que viaje dentro del avión, en lugar de fuera volando protegiéndolo. Pero al margen de esta pequeña reflexión, más decepcionante que Ironman ha sido como digo, Iron Patriot, totalmente desaprovechado; fue mucho más útil y fiel a los comics en la segunda entrega porque dicho sea de paso, Iron Patriot en los comics no tiene nada que ver con James Rhodes. 
Luego tenemos el desenlace de Pepper Pots, que para mí ha sido lo más sorprendente de la cinta pero para mal, que enorme ida de olla. ¿Original?, sí, sin duda lo es; ¿Atrevido?, desde luego; ¿acertado?, yo creo que no. No voy a destriparlo obviamente, pero no me ha gustado nada. Y luego estarían los pequeños fallos que como suele pasar tampoco es que sean demasiado importantes pero sí se acrecentan a la hora de buscar ciertas explicaciones para según qué cosas, porque muchas quedan cojas. 
Para alivio de mis oídos, pues no me considero fan de AC/DC ni ese tipo de música, Ironman 3 prescinde de esa banda sonora e incorpora una más “típica” de este tipo de películas, obra de Brian Tyler, pero que tampoco es algo del otro mundo. Digamos que cumple, pero no llega a la epicidad que merece un super héroe como este. Y como siempre Stan Lee hace acto de presencia en la línea que siempre muestra en la saga, con una simpática secuencia. 
Ya es habitual que al finalizar una película de Marvel, esta oculte una escena secreta tras los créditos, aquí también se da el caso pero lamentablemente es igual de decepcionante que toda la película, no aporta nada salvo un simpático chascarrillo, pero nada que aporte luz sobre el futuro del universo Marvel en el cine. Aparte, cuesta mucho digerirla cuando te comes unos interminables títulos de crédito. 
No me resta mucho más que añadir, para poder desmenuzar en profundidad la cinta y dejar claros todos los puntos por los que me ha defraudado la cinta, tendría que meterme ya con spoilers, y sinceramente no me gusta hacerlo. De tal forma que mi impresión total sobre la cinta se resume en pocas palabras. Película deshilvanada, inevitablemente entretenida, pero sobre la cual pesa mucho la potencia y la sombra de Los Vengadores, y cuyas licencias libres que adopta no enriquecen al personaje; todo ello hace que la película decepcione en rasgos generales aunque habrá quien la considere una obra maestra por la valentía del director a la hora de versionar extremis y ofrecer tan singular destino al Mandarín. 
Inferior a las dos entregas anteriores, cumple su objetivo vagamente y no dejará a nadie, pero a nadie, indiferente. La sorpresa está garantiza, otra cosa es que te guste.

Nota: 6.5