Por fín llegó el momento, ya se ha estrenado la tercera entrega de la saga robótica Transformers, una saga que como todos saben nace de los juguetes originales de compañía juguetera Hasbro
y de la conocida serie de animación de los años 80. Si algo me llama la
atención de esta saga es la rapidez con la que hemos visto todas las
entregas en el cine, hay que pensar que entre película y película han
pasado solamente dos años.
Detrás de este proyecto, llevan desde la primera entrega la pareja formada por Steven Spielberg y Michael Bay, dos pesos pesados que en combinación con el compositor Steve Jablonsky han
llevado a estos muñecos transformables al éxito cinematográfico más
evidente de este tipo de filmes. Como ya sucedió con las entregas
precedentes, salí de la sala entusiasmado habiendo disfrutado de un
enorme espectáculo de entretenimiento y efectos especiales espléndidos.
Transformers 3: La cara oculta de la Luna es la conclusión de una saga que sorprendió con su primera entrega y que cierra en forma de trilogía la historia de Sam Witwicki
con sus adorados Autobots. En esta ocasión, la trama nos sitúa algún
tiempo después de los acontecimientos sucedidos en la segunda parte
donde, recordemos, Megatron (villano de la
historia) quedó seriamente dañado. El argumento nos narra que la llegada
del hombre a la luna, en 1961, tenía un motivo mayor que el de pisar
por primera vez el satélite terrestre; en la parte más oscura de la
Luna se ocultaba un secreto trascendental del mundo de los
Transformers, y los humanos (como siempre) ocultaron este hecho a los
Autobots que, tras un complejo plan de los malvados Decepticons,
deberán demostrar a los seres humanos que deben confiar en ellos.
Optimus y su pandilla se encuentran en esta entrega ante el rechazo de
la humanidad por la que tanto han combatido.
Esta película es muy superior a la segunda entrega, recupera aspectos
atractivos de la primera, mantiene elementos divertidos de la segunda
y aporta nuevos contenidos que hacen las delicias del espectador
desde el primer momento en que los robots aparecen en pantalla. 155
minutos de metraje que se pasan volando ante la trepidante acción y el
buen hacer de un director experto en la acción más apabullante, que
en esta ocasión ralentizó las secuencias de batalla entre los robots
haciendo que estos sean mucho más visuales y menos confusos a la hora
de luchar entre sí, y este es un elemento muy importante ya que uno de
los mayores atractivos de esta saga es ver la trepidante batalla que
disputan los absolutos protagonistas de la cinta que son sin duda
ninguna los robots.
Michael Bay aprendió de los mayores errores de la segunda parte y los
suprimió, tales fallos eran los incesantes y estúpidos chascarrillos
que un montón de personajes se encargaban de soltar a cascoporro y los
cabos sueltos del guión que aquel momento resultó ser para muchos
demasiado pueril. Yo no soy uno de los que quedaron defraudados con la
segunda entrega, sí reconozco su inferioridad pero no acepto las
terribles críticas de muchos y esta tercera parte cerrará la boca a unos
cuantos ya que regresa al estilo de la primera película pero ahonda
más en la personalidad de los personajes, reales y mecánicos, e incluye
una épica memorable llena de sentimientos y secuencias trágicas,
dignas del mejor filme bélico.
En esta ocasión también se mantienen los chascarrillos, pero esta vez
en su medida apropiada, con dosis moderadas, protagonizadas
únicamente por el imprescindible (y creo que el único que puede hacer
chascarrillos en condiciones) John Turturro; Además,
se recuperan los pequeños robots traviesos y personajes secundarios
que aportan su granito de humor tal y como sucedía en la primera
entrega, véase los padres de Sam con sus comentarios vergonzantes del
chico o la aparición estelar de John Malkovich haciendo de empresario un tanto peculiar.
El guión mejora notoriamente, es sencillo, no se complica, pero
consigue enganchar con sus giros inesperados y no deja cabos sueltos
como pasó anteriormente. Cuenta la historia, se desarrollan los hechos,
se hace referencia a las entregas anteriores para poder seguir la
trama y prescinde de complicaciones innecesarias intentando abrir
diferentes líneas argumentales, se mantiene así en un formato lineal
pero sorprendente. La naturalidad de los efectos especiales es
espléndida, puedes estar viendo una escena entre los personajes
humanos en un primer plano y ver como a sus espaldas o en el cielo se
está sucediendo una guerra entre naves espaciales, Decepticons,
Autobots y demás seres extraterrestres como si de una puesta de sol se
tratase.
Sorprendente también la evolución de los robots, con una carga
sentimental fuerte, con escenas épicas llenas de emoción y con unas
personalidades desarrolladas que es lo que a mí me gusta, de nuevo vemos
como los Transformers se relacionan entre sí, como tienen cadenas de
mando y como entre ellos hay rivalidades, amistades, parentescos y
demás rasgos propios de los humanos. Por cierto, tal y como dijo Bay
en su momento, no da pie a una cuarta entrega ya que todo queda bien
cerrado y, lejos de dar ningún spoiler, los fans de los Decepticons
van a tener que cerrar los ojos en la parte final de la película. La
historia termina correctamente, todos los personajes tienen un final
(no digo si malo o bueno) y me gustaría que no hubiese otra entrega ya
que estropearía el cierre.
Mencionar también a la nueva chica florero, a Megan Fox no se la echa
de menos porque queda completamente relegada al olvido ante la
impresionante, espectacular y brutal Rosie Huntington-Whiteley, que interpreta a Carly,
la novia de Sam. Sinceramente no me entra en la cabeza como una mujer
así puede ser la novia de un tío como ese… es increíble que este chaval
tenga esas increíbles reinas de lo sexual para él, pero bueno,
afortunado el muchacho (risas). Al igual que su antecesora morena, no
aporta nada a la historia y su aparición únicamente se limita a enseñar
muslo, culo, escote y unos labios que a cada segundo que aparecen en
pantalla apetecen besar (supongo que ese es el motivo de los constantes
primeros planos). Punto negativo para Bay el que no incluyese ningún
robot femenino, habría estado guapo.
El resto de interpretes cumple con su cometido ya que el protagonismo
se lo llevan los robots, como debe ser (risas). Repiten los mismos de
las anteriores entregas como John Duhamel, Tyrese Gibson, Shia LaBeuf, John Turturro… y se incorporan como papel principal destacable la rubia mencionada anteriormente y el villano humano de la película Patrick Dempsey.
Por supuesto la aparición estelar de John Malkovich no tiene
desperdicio, aunque no es el único cameo, en esta película se hace
continua referencia a los primeros astronautas que llegaron a la Luna y
en una secuencia aparece el mismísimo Buzz Aldrin. Sí el verdadero astronauta que pisó la Luna hace años, aparece en la película a modo de cameo especial.
Transformers 3 es una cinta para ver en 3D o 2D, como se prefiera. Yo
opté por la primera opción y no me arrepentí, disfruté como un niño
el día de reyes. Es una gran película, una estupenda cinta de acción y
entretenimiento puro y duro con la que regresas a la infancia y
disfrutas de verdad en el cine. Yo la recomiendo encarecidamente, es muy
buena y desde luego supera a la segunda con muchísima diferencia.
Para grandes y pequeños, para fans y profanos en la materia… Michael
Bay lo vuelve a conseguir y pese a las duras críticas que, una vez
más, algunos están vertiendo sobre esta película, a mi me encantó.
Antes de terminar con la crítica voy a mencionar los robots que
aparecen en esta entrega por parte de los bandos correspondientes. En
primer lugar, por parte de los Autobots tenemos como no podía ser de
otra manera a Optimus Prime,
su líder por antonomasia que conserva su modo de vehículo de un
camión azul Peterbilt 379 con pintura de unas llamas rojas, y con la
adición de un remolque similar a su homólogo en la versión animada G1,
además de que en esta película tendrá la capacidad de volar con las
alas de Jetfire (recuerdo a los lectores que
Jetfire es el robot anciano que aparecía en la segunda entrega y que se
sacrificó para ayudar a Optimus, quien se ensambló parte de sus
piezas).
También están en el equipo: el inseparable Bumblebee, aliado y guardaespaldas de Sam, que se sigue convirtiendo en Chevrolet Cámaro pero con más armas; Ironhide,
especialista en armas Autobot que se transforma en un ‘TopKick GMC’
(ojo los fans de este personaje, que preparen una buena caja de
clínex); Ratchet,
médico Autobot que se transforma en un vehículo de bomberos Hummer H2
desde la primera película, pero esta vez con algún tono verde y
blanco en la pintura, SlideWipe, Autobot que se transforma en un Chevrolet Corvette Centennial que ya apareció en la anterior entrega; Wheeljack, novedad en la saga, que se transforma en un Mercedes-Benz: W212 y que tiene aspecto anciano, se parece a Albert Einstein; Wheelie, que es el pequeño radiocontrol ex – Decepticon; Brains, un pequeño ordenador portátil amigo de Wheelie; Dino, un Autobot que habla en italiano y que se transforma evidentemente en un Ferrari; y los Wreckers, una especie de coches NASCAR basados en sus homónimos animados Leadfoot, Roadbuster y Topspin. Hay un Autobot más que no voy a desvelar por ser clave en la trama.
Por parte de los malvados Decepticons tenemos a un malherido Megatron,
que es el líder de estos villanos y que en anteriores entregas se
convertía en una especie de avión, esta vez se mantiene oculto
transformándose en un viejo camión cisnerna Mack y recupera la
característica capa que en algunas versiones animadas lleva. Por
supuesto están: el fiel Starscream, su comandante del aire que se transforma en un avión de combate F-22 Raptor; Soundwave,
que es el MERCEDES SLS AMG plateado que conduce la rubia y que la en
la segunda entrega era el famoso satélite que daba instrucciones a los
Decepticons desde la órbita; Laserbeak, el pequeño transformer volador que adopta la forma de pájaro, concretamente la del Condor, que es su versión animada; Sideways,
Decepticon que no hace gran cosa y que aparece en la imagen promocional
de la película atravesado por la espada de Optimus Prime; el
incansable Barricada, que se transforma en un Mustang Sallen versión patrulla de policía y que sobrevivió en las anteriores entregas; Shockwave,
que actúa como uno de los villanos principales de la película y que
se transforma en un tanque cybertroniano volador, su accesorio es un
cañón mucho más grande que el de Megatron, que está conectado desde su
espalda hasta su brazo; y The Driller, que es ese gusano gigante aterrador que comanda el citado Shockwave.
A parte de estos aparecen muchos más robots secundarios de ambos
bandos y muchísimos elementos alienígenas que harán las delicias de los
fans de los efectos especiales. Como decía anteriormente, esta es una
de las grandes películas del año y de las mejores del verano 2011, id a
verla al cine ¡YA!.
Nota: 9,5