Crítica de Jumanji, Bienvenidos a la jungla

Bueno, una de las películas que marcaron mi infancia y que siempre me gustó es Jumanji, aquella propuesta de mediados de los 90 nos traía una original trama que mezclaba el humor y la aventura de forma muy acertada y por ello el paso del tiempo le ha dado la categoría de filme clásico o muy querido. Pues bien, hace algún tiempo se estrenó una secuela / remake la cual, a mi juicio, y por los trailers e información que me llegó, poco a nada tenía que ver con la cinta clásica.
Esta segunda entrega se llama Jumanji, Bienvenidos a la jungla y dado que forma parte del catálogo de Netflix me atreví a darle una oportunidad y esta es mi crítica o comentario sobre la misma. Efectivamente la película actúa como remake pero también en cierto modo como secuela, desde luego dista mucho de la idea original pero conserva algunos elementos y guiños a la cinta de los 90 que seguramente hayan sido determinantes para cosechar el éxito o la aceptación que tuvo esta secuela y que ha propiciado que esté a punto de estrenarse, si no lo ha hecho ya, una nueva entrega.
La trama de esta secuela recupera el juego de mesa original que se encuentra en la orilla de una playa por lo que se deduce que entre pitos y flautas ha acabado allí tras vagar por los mares del mundo; la acción se ubica a mediados de los 90, los juegos de mesa ya no están de moda al parecer y ante la negativa del muchacho que acaba con el juego en sus manos de jugar a él, el propio juego se adapta de forma mágica a los nuevos tiempos transformando el tablero en un cartucho de consola, que es el mayor entretenimiento del muchacho.
A partir de aquí pues se desarrolla una trama que sí recuerda a la original en el contexto pero para nada en la forma. En esta ocasión los jugadores no tienen que tirar ningún dado ni el mundo en el que viven se ve en peligro, esta vez el juego absorbe a los jugadores y los transporta a la jungla donde deben salvar Jumanji en la forma de unos avatares con diferentes habilidades. Esto es lo más original e interesante de la cinta porque luego como película de aventuras se queda escasa.
Jack Black, La Roca y el resto del reparto son realmente el baluarte para hacer atractiva la trama al dotarles de la personalidad que tienen los niños que quedan atrapados en el juego, en este aspecto y tras la presentación inicial, parece que siempre va a haber un paso más pero no logra salir del estancamiento de chistes pueriles olvidando que, pese al humor y el tono de la cita clásica, se trataba también de un proyecto interesante para espectadores mas allá de los 10 años.
De todas formas, no han sido tontos los responsables de esta cinta y constantemente aluden de algún modo, y de forma muy sutil, a la cinta original con guiños y menciones como el momento en que vemos la cabaña donde se ocultó y vivió Alan Parrish.
Salvo estos momentos nostálgicos y alguna que otra escena entretenida si se entiende la película como un filme de aventuras, el resto de metraje resulta anodino y no alcanza ni la emotividad ni la épica que alcanzó la cinta protagonizada por el tristemente difunto Robin Williams. Es por tanto en líneas generales una película que gozarán los niños pero que nadie recordará en el futuro como así sucede con su predecesora.

Nota: 5