Comentario/Crítica de Oxígeno, de Netflix

Oxígeno es una de esas películas que persiguen perturbar y causar ansiedad planteando una trama sobre una persona encerrada durante todo el metraje en un pequeño espacio y descubriendo como lenta pero inexorablemente se va acercando su muerte. Pero a diferencia de algunas clásicas cintas que provocan en el espectador esa sensación de angustia e incluso tontean con una trama medianamente interesante, esta propuesta no consigue calar tanto como para provocarme ese estado de sufrimiento que se supone debo sentir por la pobre víctima.


Aun con todo tuve la suficiente paciencia como para aguantar todo el metraje solo para descubrir el ultimo tramo de la cinta un poco de interés en una historia que mejor planteada igual habría funcionado mejor.

Nada nuevo bajo el sol, una muchacha despierta en una cámara criogénica futurista, conectada a todo tipo de aparatos y sondas, sin recordar nada de quien es, y descubre que tan solo cuenta con un 35por ciento de oxigeno en el habitáculo, y bajando. Con esta premisa, la joven luchará desesperadamente durante todo el metraje por salir de allí y descubrir que está pasando mientras pasa algunos angustiosos momentos.

En este tipo de películas es importante el enfoque y la interpretación ya que todo el peso narrativo recae en una única persona y si no consigues que esa persona transmita y, sobre todo, consiga unificar una trama consistente, la cinta se diluye en eternos diálogos con la inteligencia artificial de la cámara y con monólogos que son realmente el único hilo conductor que da un poco de coherencia al argumento en los últimos minutos del metraje.

Es por tanto una película más o menos curiosa que tiene un pase pero que no va a destacar ni ser recordada de forma pronunciada frente a otros títulos del género. No obstante, aprueba, son muy buenos los efectos especiales y aunque lo hace torpemente y hay que tener paciencia, sí que al final consigue despertar un poquito de interés por conocer lo que está pasando.

Nota: 5