Una buena forma de pasar el Jueves Santo es en el cine, y más aún cuando la oferta de películas es variada. En mi caso, la elección fue La huésped (The Host), película que adapta a la gran pantalla la obra homónima de Stephenie Meyer, autora también de otras sagas literarias como Crepúsculo. Yo personalmente no me declaro seguidor de dicha saga precisamente, porque se centra en temas que no me resultan atractivos pese a cimentar el argumento en una trama en una propuesta interesante, aunque ya quemada.
Pero el caso de esta obra es completamente diferente, aun sin haber leído el libro, no me cabe duda de la superioridad de esta historia frente a la narrada en Crepúsculo, que tal vez estuviese dirigida a un público más específico mientras que está pretende a mi juicio acercarse también a un público más adulto y exigente. Por lo que he leído, no son pocos los fans de la autora que consideran La huésped muy superior a Crepúsculo, y en el lenguaje cinematográfico nadie mejor para llevar a cabo tan singular historia como el señor Andrew Niccol, quien una vez más me sorprendió gratamente.
Yo no tenía puestas demasiadas esperanzas en esta adaptación hasta que supe que Niccol estaba detrás del proyecto, este director y guionista es altamente reputado por sus historias distópicas y por engendrar mundos increíbles, todo un artífice de ciencia ficción que deja tras de sí títulos como El show de Truman, Gattaca, El señor de la guerra, S1m0ne o la menos afortunada In Time, donde el director no mostró todo su buen hacer en este tipo de historias; su talento entonces no quedó tan marcado como por ejemplo en Gattaca, pero tal vez se debió a una apuesta segura ya que In Time costó apenas 40 millones de dólares y recaudo 170.
Sea como sea, nuevamente Andrew Niccol desarrolla toda una historia de ciencia ficción, con unos seres extraterrestres muy singulares que se han hecho prácticamente con el planeta Tierra. Ellos, son una raza más o menos parásita, y para sobrevivir necesitan introducirse en los cuerpos humanos. Hecho esto, ellos se encargan de borrar la consciencia de las personas y utilizar sus pensamientos y recuerdos para poder a su vez “mejorar”, según su punto de vista, nuestra forma de vida en el planeta. Pero no todos los humanos se dejan dominar, así sucede con la protagonista de la historia, que se niega a ceder su cuerpo a la huésped que ha decidido afincarse en él.
Partiendo de esta base, se desarrolla una compleja trama en la que se juega principalmente con la problemática de tener en un mismo cuerpo dos personalidades distintas y que ambas dos estén enamoradas de distintos muchachos, una situación singular que no deja de resultarme original. No esperéis una película de acción y ciencia ficción al uso, más bien se trata de un thriller en el que ni todos los humanos son tan buenos ni todos los invasores tan malos.
En la cinta tenemos todos los ingredientes propios de un mundo de ciencia ficción, tenemos a los extraterrestres que nos han invadido y prácticamente se han apoderado de todo el planeta, tenemos el clásico grupo de resistencia de humanos, tecnología avanzada que ha generado un futuro utópico regido por las normas de unos seres más bien simples en su personalidad, etc… y todo ello conducido por el señor Niccol, que deja su sello inconfundible en cada acto de la película.
Quizás se nota demasiado que la productora no ha invertido demasiado dinero en la cinta, yo creo que un 80 por ciento de la película se rueda en interiores, concretamente en una cueva escueta que si bien resulta eficaz para albergar la historia, no deja de ser un interior bastante “barato”. Pero como ya he mencionado anteriormente, lo que de verdad hace que la película funcione es que Niccol muestra claramente una negativa a que la parte romántica absorba al resto, dosificando con corrección la presencia de la misma hasta el clímax de la película donde coge mayor peso lógicamente.
Introduciendo dosis de suspense, con situaciones aventurescas de los protagonistas, la cinta no llega a aburrir en ningún momento; quizás a mi juicio la película despega definitivamente cuando dos de los personajes humanos deciden no ser capturados por los extraterrestres y no terminan precisamente jugando al mus, es una escena impactante la cual se produce en un momento crucial de la relación entre nuestra protagonista y el resto de personajes de la resistencia humana.
Eso sí, tal vez esto sea una firma personal de Niccol, la película se me pasa volando porque no llega a profundizar demasiado en ninguna secuencia, haciendo que la línea temporal sea confusa, y teniendo que imaginar que la acción de la trama se sucede durante meses para dar explicación al grado de simpatía, más bien empatía y confianza, que desarrolla la protagonista con el resto de personajes, una situación que en el contexto que enmarca la película, no se consigue en un día ni en una semana.
Como la historia se cuenta en primera persona, Niccol recurre a la voz en off para poder interactuar entre la anfitriona Melanie Stryder y la huésped Wanderer; un recurso eficaz pero que llega a hacerse extraño, cuanto menos curioso. La actriz que interpreta a la protagonista es Saoirse Ronan, a la que vimos en cintas como Hanna; por su parte Diane Kruger interpreta a la antagonista, la buscadora, y los chicos que traen de cabeza a la señorita son los actores Max Irons y Jake Abel. Los secundarios de lujo brillan con luz propia como William Hurt o Frances Fisher.
En cuanto a la banda sonora, aspecto que como saben los seguidores de este blog, siempre considero de vital importancia, corre a cargo en la parte instrumental del compositor brasileño Antonio Pinto, y se completa con una serie de colaboradores como el grupo estadounidense Imagine Dragons o el compositor Hudson Taylor. Cumple perfectamente con cada situación en la película y me ha parecido correcta sin más, eficaz y adecuada.
No hay mucho más que decir de esta película, a grandes rasgos se trata de un thriller que se desarrolla en mi opinión de forma rápida y sin profundizar demasiado en temas que a lo mejor podían tener su miga, cinta que no aburre porque plantea una historia original con una estructura narrativa muy alejada de Crepúsculo o Hermosas criaturas, lo cual se deba posiblemente a Andrew niccol. En definitiva, una película entretenida, con mucho más por exprimir y que deja la misma sensación que el resto de cintas del director, la sensación de no quedar saciado.
Nota: 7