Mi buen amigo Jaime, conocedor de mis gustos por películas “peculiares” o vamos a decir “perturbadoras” pero no desagradables, me recomendó ver una cinta de Netflix que verdaderamente me ha sorprendido, se trata de “Dejar el mundo atrás”, un filme que adapta la novela de Rumaan Alam, que se publicó me parece allá por el 2021.

Yo definiría esta película como una especie de mezcla, en cuanto a fórmula narrativa, entre la serie Perdidos, los primeros y más clásicos títulos de M. Night Shyamalan y un poquillo de ese intríngulis perturbador que algunos directores tipo Nolan o Spielberg saben meter en su justa medida en sus mejores obras.
Tenemos pues un drama apocalíptico que durante cerca de 140 minutos se empeña en no dejar espacio a las explicaciones que como espectador espero, a cada poco sucede algo “shamaliano”, que se cuenta sin desarrollar demasiado y abriendo más y más incógnitas durante cada suceso “rollo Perdidos”; una técnica infalible que hacia tiempo que no veía usar en un largo y que, te guste más o menos la trama o subtramas, te acaba enganchando simplemente por en ansia de saber que cojones está pasando. Y en este caso, además, resuelve al final, y lo cierra todo de forma bastante sutil dejando espacio a la sorpresa, pero no por ello sacrificando cierta obviedad.
Es decir, la película arranca de una manera que ya te mete dentro, la trampa shamaliana lo llamo yo, y conforme se va desarrollando el grueso principal del misterio que envuelve todo el metraje, se empieza a centrar más en lo personal y en el desarrollo de los personajes, algo que sin estar del todo mal, a mi personalmente me da bastante por culo en este caso ya que aunque las interpretaciones son espléndidas por parte de todo el elenco, no me acabo de creer este tipo de “personaje”, no se explicarlo, es como estar jugando constantemente a cada momento al cluedo, nunca tienes claro de que palo va cada personaje, lleva hasta el paroxismo comportamientos y diálogos que, sin negarles el interés, en una situación sí, me resulta bastante complicado que alguien reaccione de esa manera, pero entiendo que se trata de mantener el misterio hasta el final, jugar con la mente del espectador mientras presenta diferentes personalidades de personajes con diferentes vidas y formas de entender la vida, pero todos dependientes de la tecnología y con desconcertantes maneras de comportarse.
Todo esta planteado para que desde el minuto 1, desde el primer diálogo de Julia Roberts, el espectador se ponga a establecer comparaciones rápidamente. Cuando digo lo de la mezcla de recursos y fórmulas narrativas es porque obviamente hay muchas referencias a ese tipo de situaciones que se vivían en la serie perdidos, muchos planos que nos llevan al espacio, al sol, al tema de posibles efectos de un apagón tecnológico consecuencia de llamaradas solares, esa forma de meternos animalitos que se comportan de forma rara yendo a ciertos lugares todos en manada o esa secuencia de los coches tesla que conducen hacia un destino fijado porque sí y que te hace plantearte si el rollo no irá más hacia un tema de un problema con el magnetismo en la tierra… Joder, por momentos incluso se insinúa sutilmente que pueda ser cosa de extraterrestres.
Pero no, nada de eso, en la complicada e intrincada trama argumental que plantea la película, el director nos trata de perder en el desarrollo de los personajes y sus subtramas para que nos sorprenda más la revelación final pero que, en todo momento, ha estado presente durante todo el metraje y no es otra cosa más que algo tan simple como las consecuencias que puede tener la excesiva dependencia del ser humano con la tecnología, llegando a hacerte casi inútil para poder resolver cuestiones banales; y también las consecuencias de como podría darse una guerra sin tanques, sin soldados y sin más armas que una aplicación.
Y hasta aquí puedo decir porque es una cinta que merece la pena ser vista sin saber nada, disfrutar de cada momento de tensión y de cada melón abierto, comerte cositas de los personajes que tampoco es que importen mucho pero son necesarias para que exista ese rol “cluedo”, pero que sigue pareciéndome poco realista, al menos yo desde luego no me comportaría en una situación similar de algunas maneras que nos muestra algún personaje, pero todo eso queda opacado ante un buen trabajo de dirección, de montaje y de desarrollo narrativo porque la película te atrapa y aunque no acabo yo de entender la obsesión del director por el abuso de tantos planos desde el cielo o dando girando la cámara de lado y dando vueltas, reconozco que es un recurso que perturba y funciona aunque me pareció abusivo, había momentos que no sabia si estaba viendo una película o jugando al mítico juego GTA de la play, aquellos primeros títulos que se veían en plano desde el cielo.
Por tanto y para no enrollarme más, decir simplemente que es una película muy recomendable, de las que te hacen pensar, cuya trama discurre con un marcado rumbo hacia el comportamiento social, heche en falta más valentía para ver el comportamiento político, pero la gente no se va a encontrar un filme con una propuesta apocalíptica sobre un virus capaz de cambiar la fisionomía de la gente, o matarlos, o mutarlos, o que venga un ataque bacteriológico o cosas así, aquí sencillamente nos da que pensar sobre lo que un “caos tecnológico” puede desatar en todo el planeta a día de hoy, y no hablo de terminators no.
Ah y no tratéis de buscar explicación a todo como lo intenté yo, hay una secuencia en la que de repente un montón de flamencos llegan y se posan en la piscina haciendo casi que se caguen de miedo quienes los ven, porque ese tipo de cosas que incluye la película no buscan el mostrar efecto “explícame que pasa” sino enseñar algo tan simple como la migración de unas aves a consecuencia de un problema gordo que los personajes desconocen y es ese desconcierto el que hace que hasta la situación más simple y ordinaria parezca que es el infierno.
En cuanto al final, a mi me gustó, es un final interpretable, no se si bueno o malo, pero adecuado y lógico para el contexto que nos plantea este thriller del director Sam Esmail y los actores Julia Roberts, Mahershala Ali, Ethan Hawke o Kevin Bacon, como principales puntales de todo lo que sucede.
𝗡𝗼𝘁𝗮: 𝟴/𝟭𝟬