Domingo electoral y cinéfilo para un servidor, que tras depositar el voto en la urna se dirigió al cine para disfrutar de la esperada nueva entrega de Star Wars. Llega el episodio VII y por lo tanto un acontecimiento de esos que hacen época. Pues bien, debo decir ante todo que la película es una auténtica delicia, por fin, y digo bien, se ha recuperado el ambiente y espíritu original de la saga clásica y se nos presenta una aventura espacial en toda regla que, sin ningún tapujo, pongo a la altura de los clásicos episodios IV, V y VI.
Se trata de una entrega excelente que entretiene como ninguna y que como ya he dicho recupera el espíritu de las clásicas películas haciendo aún más plausible la mediocridad de las nuevas episodio I, II y III, que eran lentas y aburridas a más no poder. J.J.Abrams, un director que a mí entender la ha cagado en infinidad de ocasiones cuando es él quien rubrica las historias, ha demostrado en este caso (ya lo hizo con Star trek) un respeto asombroso a la saga y ha acertado en la dirección de forma sublime.
Es una película de entretenimiento puro y duro, llena de acción y plagada de guiños a entregas anteriores y personajes clásicos. La historia, de asombrosa simpleza pero notable calidad atrapa desde el minuto uno y te hace transportarte al universo de Star Wars durante más de dos horas de metraje que se hacen cortas, muy cortas.
La cinta es épica, asombrosa en lo visual y en lo narrativo, huye del aburrido tono de las entregas que contaban el origen de Dart Vader y presentan un nuevo villano que, tal vez, no tenga una explicación tan consistente para su origen como lo fueron los múltiples traumas de Anakin, pero está ahí y su fuerza en la película es mayúscula. Desde luego la cinta está llena de sorpresas, yo al menos así lo viví, y los “nuevos” personajes y protagonistas se han ganado a pulso mi absoluto respeto y simpatía.
La película recupera la música original desde luego, mantiene los elementos típicos de la saga y es cierto que se desarrolla de una manera bastante similar al episodio IV. Los diferentes actos de la película recuerdan mucho a esa “Renace la esperanza” que antaño asombró a miles de espectadores. El episodio VII creo que ha conseguido hacer sentir a las nuevas generaciones esa sensación placentera que vivieron en la década de los 70 nuestros padres y a su vez ha conseguido revivir en ellos la misma ilusión que cuando iban a ver las correspondientes secuelas de aquella.
Indudablemente uno de los elementos que más buena acogida han tenido es la presencia del nuevo robot BB-8, una especie de fusión entre R2D2 y el entrañable Wall-e. Es asombroso lo que transmite ese robotito con solo ser una bolita que rueda.
La aparición poco a poco de los personajes clásicos se hace de forma acertada y épica, el plato fuerte se hace esperar desde luego, pero tiene un muy buen sabor y por supuesto si hay algo que debo destacar de forma muy pero que muy positivamente son los elementos de efectos especiales. Y es que se han eliminado esa abrumadora presencia de cromas y efectos digitales que tanto disgustaron a los fans en su momento en los episodios I, II y III para recuperar tomas más sencillas y espectaculares. Asombrosas.
Yo leo por ahí críticas que dicen que si es un calco del episodio IV, que si no ¿arriesga?... señores, que no arriesgue ¿para qué? La película me parece estupenda como está y al que le molen los debates parlamentarios y el ritmo pausado pos que se quede con esas precuelas efectistas.
No voy a extenderme todo lo que me gustaría porque, si normalmente intento evitar hacer spoilers y ya me cuesta, en esta ocasión no puedo arriesgarme a hacerlo jejeje, así que lo dejaré en algo sencillo. A los fans les gustará, puede que le saquen tachas los muy muy muy hard, pero gustará y a todos los demás, pos también.
Nota: 9