Y Llegó el momento de ver la esperada nueva película del director que parece no terminar de apilar éxitos, Christopher Nolan, Interstellar. Debo comenzar diciendo que la cinta me ha parecido absolutamente maravillosa, decir que es buena sería quedarse corto a mi juicio, es sin duda una de esas grandes cintas de ciencia ficción que pasarán a formar parte de los títulos de culto del género. Una película bien contada, bien narrada, bien rodada, al más puro estilo Nolan y cargada de detalles que como siempre en un título de este director son más que importantes para entender el clímax de la historia.
En esta ocasión Christopher Nolan nos lleva a un futuro apocalíptico en el que la continuidad de la raza humana es un hecho tan desesperanzador como plausible. Una humanidad que, enrocada en sus siglos de rutina, se auto condena a su desaparición mientras una serie de científicos y expertos no se resignan a ese final e investigan la manera de poder abandonar el planeta en busca de un lugar habitable para impedir la inminente destrucción de la raza humana.
A partir de unos elementos tan originales como agotados, empleados hasta la saciedad en infinidad de historias de ciencia ficción, Christopher Nolan ingenia un producto absolutamente estupendo que funciona a la perfección y además contado y narrado de una manera inteligente y atractiva que atrapa al espectador como el mejor de los thrillers con continuos giros de guion, a veces ligeramente predecibles, pero no por ello poco originales. La película recurre a clichés de la ciencia ficción pero consigue darle de un nuevo giro de tuerca al desarrollo haciendo que elementos tan gastados como los viajes en el tiempo, las leyes de la gravedad y relatividad, y las teorías sobre agujeros de gusano o agujeros negros, todavía puedan sorprendernos al punto de introducirte tanto en la historia que uno es incapaz de apartar la vista de la pantalla para ver qué sucede en la siguiente secuencia.
La película se sustenta en sólidos pilares de la ciencia ficción, una mezcla elegante, sofisticada, inteligente y cuidada de pequeños ingredientes engendrados en cintas como 2001: Odisea del espacio de Kubrick; Gravity, de Alfonso Cuarón; Contact, de Robert Zemeckis o incluso Encuentros en la tercera fase, de Spielberg. Es una cinta para dejarse llevar, un monstruo cinematográfico de casi 3 horas de duración en el que el espectador debe abrir su mente y dejarse llevar a través del entretenido y complejo hilo argumental de una historia que trata de moverse entre la credibilidad y lo fantástico, entre lo que se da por supuesto y lo imaginario, entre lo que parece obvio y lo mucho que aún nos queda por descubrir… Una cinta mágica se mire por donde se mire.
Más allá del argumento y la historia, que a mí personalmente me han encantado tanto en planteamiento como en desarrollo y posterior desenlace, quiero destacar también la belleza de la cinta en cuanto a planos del Universo y la capacidad para hacerte sentir en órbita. Un montaje sublime en los efectos visuales que se ven engrandecidos por una monumental banda sonora del maestro Hans Zimmer que impregna cada segundo de metraje en su situación perfecta, emotiva cuando ha de serlo dando mayor auge al sentimiento y épica cuando debe serlo, transmitiendo una sensación de angustia de esas que te presta tener en una película de estas características. Es sin duda una conjunción perfecta, lo sonoro, lo visual y lo argumental perfectamente unido en una obra de arte.
Interpretativamente hablando, todos los actores están magníficos destacando sobre manera el propio Matthew McConaughey en un papel intenso, emocional y sincero muy bien llevado, la verdad que no es un actor que me guste pero reconozco que aquí ha estado a la altura. Igualmente el resto del reparto es estupendo, empezando por Anne Hathaway que si bien no brilla tanto como en otras películas, brilla lo suficiente o el gran Michael Caine, siempre enorme. Hay momentos en los que los sentimientos afloran de manera intensa, secuencias emotivas que hacen que uno dude sobre si la historia acabará bien y cuando el espectador ya está inmerso en la acción, cuando ya te has hecho a la idea de una fórmula narrativa y estás atrapado en esta gran historia de ciencia ficción, es cuando Nolan gira la tuerca y le da un nuevo enfoque… Siempre grande.
He leído bastantes críticas antes de escribir mi opinión personal sobre la cinta, algunos tachan la misma de ñoña, dulzona e incluso repelente, otros dicen que se trata de una amalgama mal mezclada de varias cintas y que Nolan abre demasiados temas e incógnitas en campos como la ciencia ficción, el drama, la acción… Yo sinceramente he visto un brillante thriller, que es a su manera una mezcla de géneros, y a mí me ha dejado gratamente sorprendido en su totalidad. Si bien puedo llegar a entender que muchas de esas críticas responden a unas ideas montadas a partir de unas suposiciones y esperas en torno a que la cinta fuese más un filme de ciencia ficción y acción, con encuentros con criaturas o seres extraterrestres, más liviana, más fantasiosa… Y sin embargo resulta ser un filme bastante más sencillo del que Nolan hace, una película donde comprendes a la perfección todos los matices de la historia que incluye elementos dramáticos y emocionales en mayor cantidad que una épica aventura meramente espacial.
Créanme cuando les digo que la película es magnífica, deliciosa de ver, de sentir, de disfrutar y de digerir… Mucha información, muchas tramas, mucho que contar, pero todo bien hilado y bien clarito y al que le moleste que busque a Kubrick y su Odisea en el espacio con quien muchos han querido comparar la cinta de Nolan erróneamente y quisiera destacar además que me parece una película de ciencia ficción de las mejores documentadas a la hora de plasmar cinematográficamente las complejas teorías científicas, al menos dota de un mínimo criterio a los planes de salvación de la humanidad.
No hay un solo efecto especial cargante ni ostentación de presupuesto sino una austeridad en las formas que contribuye a que las escenas en el espacio tengan un aspecto tan verídico y descomunal que te haga empequeñecer en la butaca ante el espectáculo que estás viendo en pantalla. Todo cubierto además por una fotografía envejecida en las tomas que contribuye a su realismo, como si estuvieras viendo un documental en vez de una película. Como ejemplo sirva ese Saturno imponente, representado apenas con un tono de color o el agujero negro del que casi puedes sentir su gravedad.
No alargaré mucho más el comentario, si queréis que le busque algún aspecto negativo o que me haya gustado menos, tal vez la parte en la que aparece Matt Damon y que desentona un poquillo en relación a la tónica que llevaba el film hasta ese momento. Una inesperada situación que si bien sirve para complicar más las cosas y dar más intriga a la trama a su vez parece no llegar a encajar; pero igualmente me gustó.
En definitiva, Interstellar es la mejor película de Christopher Nolan hasta el momento, un hito en el cine de ciencia ficción, épica, arriesgada, emocionante y un auténtico espectáculo visual merecedor de ser visto en pantalla grande. Una delicia que no deben perderse y que, permítanme sugerir, merece muchísimo más un reconocimiento en Los premios Oscar que la sobrevalorada Gravity, ténganlo en cuenta y no lo duden, al cine a verla.
Nota: 10