Crítica de la película Tetris

Aprovechando la oferta de gratuidad a modo de prueba de la plataforma de Appe TV, hoy pude visionar la película “Tetris”, único producto que me interesaba un poco de este servicio de streming que, en cuanto termine la semana de prueba obviamente no renovaré. El caso es que esta propuesta del director John S. Baird nos narra la historia del origen, creación, desarrollo y recorrido que tuvo en sus inicios el popular videojuego Tetris, lo hace según dice la sinopsis en base a la historia real, aunque sospecho que han metido por ahí alguna licencia para dotar de un mayor interés o “intríngulis” a la trama llegando por momentos a convertirse en todo un thriller político ubicado en el marco de la guerra fría y los últimos albores de la Unión Soviética.

Con esta película creo que se intenta mostrar hasta que punto fue importante el mítico título, más allá de su adictiva jugabilidad, como herramienta política en los últimos suspiros de la antigua Unión Soviética para mantener su poder en un mundo cambiante a un sistema capitalista que los dejaría atrás en todos los sentidos y, teniendo en cuenta que en aquel momento los videojuegos dominaban todos los mercados, el videojuego se convirtió en una autentica arma política.

La trama nos cuenta la historia en torno al programador y empresario Henk Rogers en su intento por conseguir los derechos de distribución del Tetris a nivel mundial en todos los formatos, especialmente para portátiles ya que Nintendo le había mostrado en secreto su poderosa Game Boy. A partir de aquí se sucede una compleja red de subtramas políticas, traiciones, corruptelas y todo tipo de artimañas entre diferentes empresarios para hacerse con el control de Tetris y, de paso, nos dejan entrever algunas pinceladas de la vida del inventor original, Alekséi Pázhitnov y del resto de personajes.

No deja de ser un biopic pero narrado de una forma diferente, contado desde una perspectiva más aventurista y recurriendo a elementos narrativos muy originales que son del agrado de cualquier fan gamer. Todo el arco argumental, es decir, los diferentes “actos” de la cinta están divididos como “niveles” en alusión a ir superando pantallas, la tipografía de los subtítulos cuando hablan en ruso o para destacar algún cartel es completamente pixel art; y todo ello unido una ingeniosa combinación y estética en diferentes animaciones realizadas en “pixeles” como una curiosa persecución en coche por Moscú, hace que la película se sienta dinámica y entretenida, pero sobre todo te despierta las ganas de volver a jugar al mítico juego.

Esto no deja de resultar curioso porque, tampoco es que sea una grandísima película, tiene alguna caída, es decir, hay momentos en que sacrifica el ritmo para ampliar alguna sub trama que, hacía el final del metraje comprendes que tenía su porqué, de ahí que la película tenga su merito narrativamente hablando. A nivel interpretativo los diferentes personajes cumplen con su función, entiendo que basados de forma más o menos fidedigna con sus homónimos en la vida real, pero tampoco hay merecedores a un “Oscar” precisamente. 



¿Es una adaptación de Tetris? Quien os cuente eso o donde leáis eso no hagáis ni puto caso, eso no se puede adaptar de ningún modo coherente, es sencillamente una película biográfica sobre la historia de este popular juego, sus orígenes y contada de una manera totalmente llena de referencias, gags y guiños al juego. Por tanto, los fans de verdad seguramente sean los que más disfruten y a la vez más critiquen esta propuesta, yo como soy simplemente “casual” y no soy conocedor de la historia a unos niveles tan profundos, sencillamente la he disfrutado.


Nota: 7 / 10


Crítica de John Wick 4

Con un poco de retraso, pero al fin he podido disfrutar de la cuarta entrega de John Wick. ¿Quién podía imaginar hace unos años que esta saga se convertiría en un autentico fenómeno y referente de la acción devolviendo el esplendor perdido a Keanu Reeves allá por 2014? Recordemos que la primera entrega ni siquiera llegó a estrenarse en cines, pero eso no impidió que rápidamente se hiciera un éxito increíble que nos conduce directamente hasta la actualidad. Con cada nueva entrega, la saga alcanzaba una cota mayor de acción y espectacularidad, parejo todo ello también al éxito de cada una, y con esta cuarta película se consigue lo que parecía casi imposible en el género, superar la anterior cinta que ya resultaba espectacular. 

Esta nueva entrega continua explorando el universo que, poco a poco, y creo que de forma casi inesperada, se ha ido presentando en cada libreto no llegando nunca a conocer hasta donde llegan los tentáculos de esa especie de organización mundial y todo su complejo y entramado sistema; lo hace repitiendo el esquema de la tercera cinta, que tan bien funcionó, pero exagerándolo aún más y alcanzando más de dos horas de acción ininterrumpida, todo el rato pasan cosas, a cada cual más loca que la anterior y es imposible aburrirse.

Sin entrar a destacar interpretación alguna, pues no es lo que prima en este tipo de filme, todos los actores están a la altura de los auténticos protagonistas y artífices del éxito de esta saga que son los “stuntman” o “especialistas de cine”, que con sus trabajadas coreografías y sus excelentes secuencias de batalla, sin cámara fija y con constantes guiños y alusiones a sagas típicas de acción del cine como James Bond o Misión Imposible, o a clásicos inolvidables como las cintas de Bruce Lee,  consiguen mostrar en pantalla un auténtico espectáculo visual, exagerado pero con cierto toque realista y un poco fantástico, esto es algo muy difícil de conseguir y que hacía mucho tiempo que yo personalmente no sentía en una sala de cine.

Tanto tiempo que habría que remontarse a los 90, ya no digo los 80 porque era un crio, pero sí cuando he tenido la ocasión de ver en pantalla grande algún clásico de esa década, para sentir esa sensación que me produjo el disfrutar de John Wick 4 en la gran pantalla. Esta cinta es el claro ejemplo que es posible hacer películas de acción sin complicaciones, sin necesidad de costosos efectos especiales y con solamente la inteligencia y creatividad de gente que sabe y es que todo el metraje está llevado a cabo por especialistas, así como la dirección y esto no es una tontería.

La trama es muy simple, muy sencilla, y no tiene ninguna pretensión, no hay nada sorpresivo que no hayamos visto ya y sencillamente se limita a continuar la historia donde acabó la tercera parte, con algún regreso sorpresa y desarrollando un argumento y una acción que va de menos a más, pero presentada con una impresionante secuencia de acción para dar el pistoletazo de salida a un sinfín de secuencias frenéticas que han ingeniado los guionistas Shay Hatten y Michael Finch.

A los más puretillas, cinematográficamente hablando, este tipo de películas nos hacen viajar a una época en la que cine era eso, puro entretenimiento, la era de los duros de la acción donde cualquier cosa era posible sin necesidad de tener super poderes, capa o trajes de super héroes, y encontrar eso en una sala de cine en la actualidad es tremendamente complicado, sin contar que en esta película ni agenda, ni pollas, por fin un poco de libertad de esa matraca constante de la inclusión forzada, la agenda, el feminismo…. Que descanso poder disfrutar de una película sin tener que comerte a calzador las mierdas de nuevo orden mundial que lenta, pero inexorablemente se va haciendo con el dominio total y absoluto ante la pasividad de la gente que, como ganao bobino, balamos sin rechistar.

En definitiva, una película impresionante, la mejor seguramente de toda la saga, una cinta para disfrutar sin más, para entrar en la sala y alucinar con un balagar de secuencias de acción sin fin que concluyen con un clímax que, tal vez, sea lo único que no me acabó de convencer, que no por ello gustar, pero ahí nos metemos en gustos personales y es que yo soy más de otro tipo de finales.

Nota: 9.5 / 10 


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