Crítica de Spectre

Esta tarde he podido disfrutar de la nueva entrega de James Bond, la número 24, protagonizada por cuarta vez consecutiva por Daniel Craig y debo decir que me ha encantado como la primera vez que vi aquellas memorables cintas de Connery, Lazenby o Moore. Y es que esta cuarta entrega de la denominada etapa Craig es sin ninguna duda la mejor de las cuatro y una de las que más me han gustado de toda la saga en general, pero vayamos por partes.
En primer lugar hay que destacar el hecho innegable de que se ha intentado regresar al ambiente clásico de las primeras entregas mostrando ese estilo que siempre ha caracterizado a la franquicia, ya desde el primer segundo con la clásica secuencia Gunbarell (el momento inicial en el que aparece bond caminando y se le ve a través del cañon de una pistola) se intenta retornar al espectador a la época más grande Bond con la utilización de la melodía clásica que hasta el momento en las película de Craig no era precisamente lo que más sonaba, así como la pose de disparo más reconocible del personaje.
A partir de ese momento ya arranca la típica secuencia de acción inicial que nos muestra a Bond lidiando alguna de sus batallas a modo de preludio de la secuencia de créditos. Decir que esta entrada es espectacular y una vez más evoca por todos lados al espíritu clásico de la saga empezando por los continuados y nada ocultos gags y homenajes a la película de 007 Vive y deja morir, protagonizada por Roger Moore, así como a uno de los esbirros más reconocibles de la saga que es el Barón Samedí.
Eso sí, a diferencia de la mayoría de entregas de la franquicia, esta tiene continuidad argumental directa con las anteriores cintas protagonizadas por Craig, de manera que ya desde la secuencia inicial conviene recordar un poco los acontecimientos sucedidos hasta entonces en las anteriores entregas. Una vez la secuencia finaliza, como siempre y de una manera sublime, comienza la apertura de créditos, y una vez más vuelve a sonreír la fortuna para mostrarnos una cabecera con esos tintes clásicos que tanto ansiábamos de una vez los fans de la saga en las últimas cintas.
Decir a su vez que el tema musical principal, Writing's On The Wall, de Sam Smith me ha parecido magnífico. Ya me gustó cuando la escuché en su momento pese a las críticas que recibió de muchos fans, pero una vez incorporada a la secuencia de apertura maravillosa, al más puro estilo Bond, como si el enorme Maurice Binder hubiese rubricado la misma, solo tengo elogios para ella. 
Pasados estos minutos iniciales de subidón y ya con la certeza de que la cinta no puede defraudar, arranca la acción que nos sitúa en un argumento que gira en torno al caos que se está apoderando de las organizaciones de espionaje secretas a lo largo del mundo y como se pretende unificarlas todas en una única organización secreta de vigilancia mundial… Imaginaos por dónde van los tiros. Y una vez planteado todo, en pocos minutos, ya da comienzo la trama en la que toda la historia de Bond, y principalmente muchas de las relaciones y acontecimientos que los fans conocemos de los libros, se plasmará de forma genial para recuperar del olvido aquella clásica y maligna organización “Spectra” que tanto daño ha hecho a 007.
Eso sí, todo conectado con ese pasado de Bond y esa historia personal del personaje que ya desde las primeras entregas de Craig nos están contando. En esta película se resuelve el puzzle y se abren infinitas posibilidades. De verdad estoy seguro al afirmar que los fans que queremos a la saga y que hemos disfrutado a lo largo de tantos años de la misma, podemos estar orgullosos y entusiasmados ante esta nueva entrega.
Y es que no solo en la secuencia inicial tendremos referencias a las películas clásicas, sino que toda la cinta en general alude directamente a momentos y personajes que los más fans reconocemos al instante. Se recupera también ese toque humorístico del personaje para aliviar así ese tono tan oscuro y dramático que acompaña al Bond de Craig y por supuesto esa figura tan representativa de la saga como es el esbirro implacable que trata por todos los medios de acabar con 007; en este caso el papel recae sobre Dave Bautista, que nos presenta una mole de músculos con… una habilidad especial y un rasgo característico que le diferencia como esos dientes del entrañable Tiburón, ese brazo mecánico del pérfido Tee Hee… pero no os digo cuál es ni su habilidad especial jejejeje, lo que sí puedo decir es que recuerda a esos míticos esbirros pesados que persiguen sin descanso a 007 y se lo hacen pasar mal. No sé, tengo la sensación que volveremos a ver a Baustista dar guerra en próximas entregas.
Todo en la película me resultó espléndido, eso sí, el desarrollo de la trama pese a recuperar esa esencia clásica, mantiene el tono de ritmo pausado, es decir, no veremos cómo en aquellas cintas de Moore o Connery e incluso Brosnan contantes peligros para Bond prácticamente en cada secuencia del metraje sino que distancia más estos encuentros haciéndolos a su vez más espectaculares.
Por otra parte, la maldad del villano principal, que me debo morder la lengua y este caso los dedos para evitar no soltaros ningún spoiler, así como su plan, su relación con Bond, su cargo como líder de Spectra y demás cosillas han sido plasmada de manera sublime no, lo siguiente, al punto que los más fieles seguidores de la saga, como decía al principio de esta crítica, sentirán un placer casi orgásmico, y creo que estoy siendo bastante claro al respecto ¿Os gustan los gatos persa chinchilla? A mí me encantan, y a alguno que conocemos muy bien, pues también jejejeje.
Maravillosa, sencillamente espléndida, solo tengo palabras buenas para la cinta. En cuanto al reparto, está sencillamente genial a excepción, y es algo que me va a costar asimilar y que no me acaba de gustar, de “Q”, y es que no soy capaz de poner a ese chavalin en el papel del inmenso Desmond Lewelyn, pero es lo que toca y al final cumple con su función.
Eso sí, aunque me encanta la película, sigo echando en falta ese sistema de películas clásicas en donde M ordena un misión, hay que cumplirla, terminarla y listo… Tanto caos y tanto problema interno en el MI6 está muy bien pero ya se hace también necesario simplificar un poco y volver al clásico sobre con la misión 00 correspondiente, no siempre vamos a tener a Bond preso del propio de las traiciones internas y problemas del MI6… Pero bueno, esperemos que esto sea el inicio de una próspera y larga lista de nuevas entregas que recuperen ese espíritu que queremos los de la vieja guardia “Jamesboniana”.
En definitiva, película de acción muy bien desarrollada, una muy buena entrega de James Bond, la mejor sin duda de la etapa Craig, con la música y esencia clásicas recuperadas… Sin duda, me atrevo a afirmarlo, reventará la taquilla mundial y superará a su predecesora ¿Para cuándo Bond 25?

Nota: 9