Crítica de Torrente 5: Operación Eurovegas

No acostumbro a ir al cine a ver comedias, mucho menos este tipo de comedias y aún menos todavía cine español, pero hay veces que te apetece hacer un poco el tonto y pasar un buen rato, y aunque la película sea mala, es un título que garantiza reírse. Me refiero a Torrente 5, una nueva entrega de la franquicia creada por Santiago Segura y que, como sus predecesoras, se ha convertido ya en la más taquillera del cine español en lo que va de año.
Hay que empezar diciendo que las películas de Torrente son inevitablemente malas, eso es así de claro, pero tienen la capacidad de hacerte reír y ese logro no se le puede negar a Santiago Segura pese a las críticas que siempre recibe; sea como sea siempre acaba triunfando y por encima de todo es un cineasta que sabe lo que hace. Metiéndonos en faena, decir que he visto todas las películas de Torrente pero esta es la primera que veo en el cine y tengo que decir que dentro de cómo son estas películas me parece la entrega más divertida, o una de las más divertidas.
Se trata de una comedia que repite los esquemas anteriores pero de una forma más moderada, hay menos soeces, menos hardcore… es más una comedia para un público más amplio y fue eso lo primero que me llamó la atención. A parte, se ubica en el año 2018 y juega con supuestos bastante divertidos como la vuelta a la peseta, la independencia de Cataluña o la primera fase de Eurovegas.
Resulta curioso lo bien rodada que está la película, se nota que Santiago Segura ya tiene tablas en el cine y pese a la mediocridad del argumento sabe hacerse valer haciendo que lo importante sea el entretenimiento por encima de otras cosas. Como siempre, el principal atractivo de la cinta es ir viendo los cameos de personalidades del panorama nacional desde futbolistas, actores, presentadores…
Recupera personajes de las primeras entregas, vuelve a introducir en la trama principal a un grupo de despojos sociales que hacen que la película sea más divertida por quienes interpretan a esos personajes. Fernando Esteso, Angy, Cañita Brava o Florentino Fernández son la risa absoluta y además, ver de nuevo a Andrés Pajares frente a su compañero de películas no tiene precio. Santiago Segura consigue a mi entender con esta quinta entrega el beneplácito de muchos detractores de Torrente y por fin encaminar a la franquicia como una comedia bien avenida y no como humor de ir váter.
No me extenderé mucho más, es una película divertida, unicamente para pasar el rato y reírse sin más. Cine de Santiago Segura en estado puro, pero esta vez bastante light en comparación a entregas anteriores.

Nota: 6